Para seguir apoyando desde el nivel departamental a las administraciones y los concejos municipales en el proceso de actualización de sus herramientas de planificación territorial, la Gobernación del Billón a través de su secretaría de Planeación suscribió los respectivos contratos para la puesta en marcha del proyecto Estudios Básicos de Gestión del Riesgo, que levantará una proyección en 10 municipios del Quindío sobre tres tipos de amenaza: movimientos en masa, avenidas torrenciales e inundaciones.
El jefe de la cartera territorial, Luis Alberto Rincón Quintero, explicó que con este ejercicio se suplirá “una falencia que ha venido existiendo en el departamento con instrumentos como los Esquemas de Ordenamiento Territorial – EOT, para los municipios de la Cordillera; los Planes Básicos de Ordenamiento Territorial – PbOT, para las localidades del Plan; y el Plan de Ordenamiento Territorial – POT, para la ciudad capital, los cuales fueron creados en el año 2000 con una vigencia de 12 años. Hoy en día trabajamos con ellos por ser la norma vigente, pero requerimos de instrumentos acordes con la realidad de nuestro departamento”.
Para este ejercicio no se incluyeron los municipios de Salento ni Pijao. En el primer caso, este tipo de consultoría se adelanta desde 2018, siendo la localidad con más avance en el tema. En el caso del segundo, no se pudo contar con una información cartográfica necesaria, por lo que se formula desde esta dependencia, un proceso para dos estudios que complementarían los análisis levantados por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo anteriormente.
Como representante legal de Alfa y Omega Ingenieros (la firma que se encargará de dichos estudios), Sebastián Gómez Echeverri, reveló que los resultados de esta consultoría se enmarcan en lo estipulado en la Ley 388 de 1997 o Ley de Desarrollo Territorial, en cuanto a que este insumo les permitirá a los gobernantes gestionar el riesgo y salvaguardar vidas humanas. “Son estudios que se hacen con unas variables históricas que permitirán conocer el comportamiento de las diferentes zonas del departamento y dar herramientas frente a eventos como el cambio climático, que hace aún más riesgoso construir al borde de quebradas o cerca a zonas con condiciones de movimiento en masa”.