Los registros de la última cosecha cafetera de 2021 y las dos de 2022 son los insumos que alimentan la base de datos del proyecto ‘Desarrollo Experimental para la Competitividad del Sector Cafetero en el Departamento del Quindío’, que alcanza a la fecha un avance del 60%. Como se recordará, la iniciativa es financiada con 10.800 millones de pesos de recursos de regalías, con los que se busca caracterizar las condiciones climatológicas, organolépticas y culturales asociadas al procesamiento de café para relacionarlas con la calidad de la taza como variables determinantes de la misma.
El coordinador del programa de Poscosecha del Comité Departamental de Cafeteros del Quindío y supervisor encargado del proyecto, Julián Mauricio Chacón Castro, explicó que a través de estos datos se evalúan las condiciones de poscosecha, la fermentación, la dinámica microbiana y el comportamiento del secado solar. “En este último punto hemos tenido más dificultades, por la poca disponibilidad de brillo solar; por ejemplo, la última cosecha de 2021 fue muy atípica, porque se fue con bajos graneos y sin picos de producción debido al fenómeno de La Niña, que aporta condiciones especiales para el desarrollo de la floración. El clima es uno de los factores que tenemos que analizar y que es cambiante; no podemos estandarizar condiciones específicas”.
Cabe anotar que el proyecto tendrá un año más de ejecución, con un horizonte a entregar sus resultados el 30 de mayo de 2023; una fecha en la que los caficultores tendrán los conocimientos suficientes para mejorar el perfil de su taza a partir de mejoras en los procedimientos de producción y transformación. La iniciativa es llevada a cabo en conjunto por el Comité de Cafeteros, Cenicafé, la Gobernación, la Universidad del Quindío y la Cooperativa de Caficultores del Quindío.