Como Gobernador del Quindío, y con la sensibilidad social que debe unirnos a todos colombianos para rechazar los actos violentos que truncan el desarrollo humano de niños y jóvenes que apenas inician su proyecto de vida, rechazo con vehemencia los sucesos registrados en Nariño, Cauca y Valle del Cauca, que nos enlutan y llenan de dolor y tristeza.
Entregamos desde nuestra tierra un mensaje de condolencia a sus familias, pero sobre todo, nos unimos al clamor nacional de tantas voces que hoy se conmocionan y se niegan a aceptar la reprochable violencia contra nuestros niños, niñas y jóvenes.
Desde nuestro Quindío, corazón de Colombia, y en compañía de mi hermana, la gestora social, Liliana Jaramillo Cárdenas y de mi equipo de gobierno, exhorto una gran cruzada nacional de repudio al maltrato, la violencia y agresiones contra los niños, las mujeres y las poblaciones vulnerables. Será en la unidad y en el enérgico rechazo de estos actos insensatos, que podremos defender las causas comunes en beneficio de la esperanza más grande de la Nación.