Aunque el modelo productor de café había privilegiado en los últimos años una visión de monocultivo, las circunstancias generadas por el cambio climático y la necesidad de mejorar las condiciones socioeconómicas de las familias productoras, han llevado a buscar alternativas en la diversificación de los predios. Precisamente, hacia un modelo que integra cafetales con arreglos forestales y cultivos de pancoger, se orienta un proyecto presentado por la Gobernación del Quindío a sus departamentos asociados en la RAP Eje Cafetero.
La iniciativa, reveló el secretario departamental de Agricultura, Julio César Cortés Pulido, es aspirar en conjunto a los recursos de la bolsa para Ciencia y Tecnología del Fondo de Regalías; un propósito en el que ya se empiezan a interesar las administraciones departamentales de Caldas y Risaralda, las cuales participarían en una agenda de trabajo programada para que se lleve a cabo en Pereira en una fecha aún por definir.
“Saber que en el departamento se ha reducido el área productora de café por debajo de las 20 mil hectáreas es preocupante, porque pone en riesgo el Paisaje Cultural Cafetero, la economía del departamento (con casi 220 mil millones de pesos recaudados en sus cosechas) y su institucionalidad cafetera. La intención con esta propuesta es frenar la disminución de áreas”, indicó.
De acuerdo con el titular de la cartera, junto con las plantas de café que componen el elemento productivo de las fincas, los cultivos de maíz y fríjol para consumo interno, y las áreas boscosas que aportarían a la biodiversidad y a la protección ante vendavales y otros eventos climáticos, se sumaría un componente de descontaminación de aguas mieles: un subproducto de la caficultura que tradicionalmente se arroja a los cuerpos de agua, y para el que se incluirán tecnologías innovadoras desarrolladas en Cenicafé.