Con la llegada de la época decembrina, desde la administración departamental se reactivarán los operativos y controles al uso de pólvora en las festividades.
Así lo confirmó el gobernador Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas, al reiterar el llamado a la comunidad. “Parecemos reincidentes con el tema de la pólvora, como en el caso del tapabocas, pero no podemos descuidarnos por irresponsabilidad, y no queremos sumarle a los hospitales, que están orientados a atender la emergencia del coronavirus, con personas quemadas. No tenemos 530 mil policías para cada uno de los quindianos… por favor ayúdenos para llevar este departamento por la buena senda”, expresó.
Pese a que el mandatario reconoció que las cifras de personas afectadas reflejan en los últimos años una disminución tangible, insistió en que las alertas de las autoridades y de la institución que lidera se encontrarán prestas para intervenir. “Estaremos pendientes de que no se presenten estos eventos, no solo por las personas sino también por la afectación que esto le genera a las mascotas y al medio ambiente en general”, indicó.
En este sentido, recordó que el sonido de las explosiones lleva a que el comportamiento y la salud de otras especies se vean perjudicadas: mientras que el oído humano alcanza a percibir sonidos de hasta 20.000 hertzios, el de los perros llega a los 50.000 y el de los gatos hasta los 65.000, lo que demuestra el daño que un espectáculo de juegos pirotécnicos puede generar en una mascota.
“Desde la Secretaría de Agricultura, entre tanto, estamos haciendo al uso responsable de este tipo de eventos”, ratificó el director de Desarrollo Rural Sostenible, Miguel Ángel Mejía: “Lo ideal sería que no se efectuaran, pero en su defecto la invitación para quienes contemplen contratar un servicio de estos es que se reduzcan a su mínima expresión el impacto en el medio ambiente, porque no solo afecta a animales domésticos sino también a silvestres, que varían su patrón de comportamiento, abandonan sus nidos con crías, vuelan sin cesar hasta caer muertos o ser atropellados por un vehículo en su afán por escapar”.