Desde Bogotá, en donde desarrolla una agenda ante el gobierno central y la Federación Nacional de Departamentos, FND, entre otras entidades, el gobernador del Quindío, Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas, enfatizó en la necesidad de sumar a las ayudas humanitarias el aspecto de apoyo social y psicológico para llevar esperanza y alegría a nuestros niños, niñas y adolescentes afectados por el paso de huracanes y la intensa temporada de lluvias.
“Sabemos del espíritu solidario de los quindianos y de todos los colombianos, pero quiero recalcar en que el impacto psicológico de experiencias como las vividas en el archipiélago de San Andrés, Chocó, Antioquia y otras zonas del país, es enorme entre nuestros niños, niñas y adolescentes. Claro que necesitamos de frazadas, alimentos, agua, víveres y muchos más elementos, pero también hay que atender el aspecto mental y psicológico de los pequeños, quienes a su corta edad se han enfrentado a un escenario, en varias ocasiones funesto”, insistió el mandatario seccional.
Por consiguiente, el gobierno seccional proyecta incluir entre las ayudas humanitarias, que son primordiales, el componente que ayude a atender, llevar esperanza y alegría a los menores de edad, máxime si se acerca la época de diciembre y de Navidad. “Gracias a Dios lo más grandioso es que están con vida, pero tristemente la gran mayoría de los damnificados quedaron sin nada en sus manos, entre ellos los menores. Entregarles un elemento lúdico, de seguro ayudará a paliar al menos un poco la incertidumbre y dolor, todo ello aunado, claro está a la asistencia profesional de equipos de psicológos, psiquiatras, trabajadores sociales y otros, para que desde nuestros pequeños se reconstruya el tejido social”, explicó el ejecutivo seccional.
Esto lo sustentó el gobernador Jaramillo Cárdenas, a partir de la experiencia que vivió el Eje Cafetero, particularmente el Quindío, el 25 de enero de 1999, cuando un terremoto arrasó la región y aunque se ha reconstruido la infraestructura y otros aspectos de la sociedad, el componente del tejido social quedó en deuda. “Algunos dirán que un elemento lúdico no va a reconstruir el aspecto social, pero sí le dará un primer paso a los menores para tener fe y esperanza, y de seguro en sus rostros se dibujará una sonrisa”, manifestó el mandatario quindiano.