Luego de cerca de un año efectuando reuniones entre productores del sector apícola y entidades del Estado con presencia en el departamento, se vislumbra la creación de instrumentos y estrategias aplicadas para evitar la mortalidad masiva de abejas.
Estos resultados surgen de la segunda mesa apícola del año, escenario dispuesto por la Gobernación, a través de su secretaría de Agricultura, en la que se ha definido la necesidad de delimitar áreas de 2 kilómetros alrededor de cada apiario del departamento, para establecer controles especiales que aminoren la amenaza para estas comunidades de polinizadores.
El médico veterinario y zootecnista adscrito a la cartera departamental, Diego Mejía Duque, explicó la estrategia: “Queremos establecer estas áreas, denominadas como zonas buffer, en las que los agricultores vecinos deberían anunciarles a los productores apícolas cuando van a aplicar sus agroquímicos. De esta manera, se pueden levantar barreras o encerrar los insectos y alimentarlos mientras se hace la aspersión de estas sustancias en los cultivos”.
Por su parte, Johana Marcela Almanza, profesional universitaria de la dirección técnica de Inocuidad e Insumos Agrícolas del ICA, destacó la importancia de visibilizar a los apicultores. “Es necesario hacer una socialización y sensibilización en las zonas de producción, porque hemos notado, en casos de mortandad, que los agricultores desconocían la existencia de colmenas en los predios vecinos. En este sentido, el convenio con Agrosavia continúa y a través de él podemos rastrear la presencia de Fipronil en los animales envenenados, así como saber cuál fue el predio en el que se aplicó, gracias al registro de venta ICA y el número de lote emitido en el lugar de su venta”, afirmó.