Un nuevo frente de integración regional, esta vez hacia el departamento del Tolima, se abre camino con los acercamientos entre el gobernador del Quindío, Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas y el alcalde de Cajamarca, Julio Roberto Vargas Malagón. El motivo: cuatro frentes de acción conjunta entre la localidad tolimense y las quindianas de la cordillera (Salento, Calarcá, Buenavista, Córdoba, Pijao y Génova).

El mandatario departamental explicó que bajo una figura que podría recibir el nombre de Municipios Cordilleranos de la Esperanza, se adelantarán estrategias para fortalecer temas como la seguridad alimentaria. Un tema en el que el potencial del Quindío podría ser impulsado por la experiencia agrícola de Cajamarca, considerada una despensa de la producción primaria en la región. El mismo modelo podría articular los esfuerzos en seguridad para la cordillera y generar mayores garantías frente a la posibilidad de presencia de grupos irregulares.

En tercer lugar, se habla de la protección del medio ambiente frente a amenazas como la megaminería, una sombra que se cierne sobre la cordillera por parte de corporaciones extranjeras que buscan extraer minerales de la zona con todas las implicaciones medioambientales que esta actividad genera. Y por último, el fomento de varios renglones de turismo basados en la exuberante biodiversidad de este ecosistema compartido, en lo que podrían incluirse experiencias de avistamiento de aves, turismo comunitario o ecoturismo, con la posibilidad de atraer recursos del gobierno nacional y cooperación internacional.