"Ellos tienen el derecho natural de vivir en un mundo de juegos, de habitar encumbrados en montañas de risas, de caminar despojados de prevenciones y de soñar con mundos de colores.
En el corazón verde de Colombia, nuestros niños no se tocan, en nuestro Quindío trabajamos todos unidos, para garantizar que ellos sean el presente de nuestra felicidad y el futuro de nuestra sociedad".