El retorno a las clases se hará de manera progresiva y manteniendo todas las precauciones en materia de bioseguridad. Así lo aseguró la secretaria departamental de educación Liliana María Sánchez Villada, ante la posibilidad de que entre agosto y septiembre se autorice desde el gobierno nacional el regreso de los estudiantes a las instituciones educativas.
“Estamos haciendo un ejercicio muy juicioso en el diseño de los protocolos de bioseguridad concernientes a la reactivación de las clases presenciales. Esto se hará de manera paulatina porque lo más importante es garantizar la salud de los niños, niñas y jóvenes que asisten a estas instituciones, así como de los docentes que los orientan”, indicó.
Aunque todavía se encuentra en fase de planificación, en el paquete de medidas de precaución podrían incluirse un aforo máximo de entre 13 y 15 estudiantes por aula y dependiendo de su tamaño. También se contempla la posibilidad de que en algunos municipios no se den clases presenciales. “Por último…”, subrayó, “aquel padre que no quiera enviar su hijo a clases presenciales no deberá hacerlo, y esto no quiere decir que vaya a perder el año. En su lugar, los docentes seguirían impartiéndole los contenidos educativos por internet o por medio de las tabletas que ya los traen grabados”.