La carencia de una información clara y suficiente que retrate la situación actual del hospital La Misericordia, es el mayor obstáculo que la administración departamental ha encontrado para darle una solución más contundente a la crisis que enfrenta el centro médico de Calarcá. Así lo informó, ante la noticia de los despidos masivos de su personal, el Gobernador Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas; una situación que se presenta pese a los constantes esfuerzos realizados desde su despacho y las secretarías de Salud, Hacienda y Privada.
“Debido a la autonomía que se maneja en el hospital, la actual situación no depende directamente de la Gobernación. Como presidente de la junta directiva, hemos solicitado constantemente a su gerencia que nos entregue informes para conocer el estado real, pero hasta el momento no nos complacen los datos suministrados y realmente no entendemos muchos de los eventos que están pasando. Recibimos con mucha tristeza la noticia de que están despidiendo a personas con más de 13 años de servicio”, expresó Jaramillo Cárdenas.
Añadió que desde su rol como mandatario, ha agotado todos los recursos con los que cuenta dentro de su competencia; “ejemplo de esto es que la deuda que las EPS tienen con el hospital es mucho más baja que cuando recibimos el gobierno departamental. Sin embargo, la Ley no me permite pagar sus pasivos con recursos ordinarios”, aclaró.
Cabe anotar que en las mesas de trabajo que se han efectuado, se constató que en los primeros 5 meses de la presente vigencia, se había gastado el 75% del presupuesto anual, lo que sin lugar a dudas dejó sin viabilidad financiera a La Misericordia. Frente a este complejo panorama, el Gobernador solo encuentra una opción: acudir a la Superintendencia de Salud para que intervenga en el caso, una alternativa para la que la Gobernación ha empezado ya con los respectivos trámites.