La gobernación en cabeza de Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas confía en el café como un sector económico promisorio para el departamento y por ello, adelanta diversas acciones con las que pretende incrementar el parque cafetero existente. De acuerdo con el mandatario, se proyecta la adición de 2.000 hectáreas a las 20.000 sembradas hoy en día.
Está iniciativa viene apalancada por proyectos complementarios que se adelantan con entidades del sector como el Comité Departamental de Cafeteros, la Cooperativa de Caficultores del Quindío y Cenicafé, así como con representantes de la academia en el caso de la Universidad del Quindío. Es así como, bajo este modelo de trabajo interinstitucional se avanza en el mejoramiento de la calidad de la taza a través de la caracterización detallada de las variables que inciden en el perfil de la misma y la optimización de la infraestructura de beneficio y laboratorios, con lo que se busca generar altos estándares de calidad que se vean traducidos en mejores precios en los mercados internacionales y por ende una mayor oferta del grano para cubrir las necesidades.
La idea se centra en poner el foco sobre la calidad y no la cantidad, dada la poca extensión geográfica del territorio y por tanto, la baja participación que el Quindío podría tener en la producción nacional, que se ubica actualmente en cerca de 744 mil sacos de 60 kg. La suma de una mayor calidad en el producto como diferencial de precio y el hecho de que la caída del 28% en el volumen producido en el país con relación a 2019 no haya afectado al departamento, son datos suficientes para apostarle nuevamente a este renglón de la economía sobre el que se construyó está región, señaló.