Con un solemne tedeum realizado en la catedral La Inmaculada Concepción de Armenia, autoridades del departamento se unieron en una sola voz para celebrar la vida y el renacimiento de una región que se levantó de los escombros en las que quedó sumida el 25 de enero de 1999. Y hoy, 20 años después del terremoto que devastó el Eje Cafetero, surge como un territorio pujante, resiliente y rejuvenecido.
En el marco de esta celebración a la vida, monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez, instó a los quindianos a recordar con gratitud el pasado, vivir con amor el presente y abrirnos con confianza al futuro para construir entre todos un departamento diferente. Asimismo, invitó a vivir en el perdón y la sanación interior para que a partir de estas buenas prácticas cada ciudadano aporte para que el Quindío sea el terruño que todos soñamos.
Invitó a la comunidad quindiana a seguir construyendo esta casa el ‘Quindío’ a partir de ocho columnas fundamental en virtudes como: fe, esperanza, amor, justicia, verdad, tolerancia, transparencia y unidad. Un hogar cimentado sobre valores sociales.
Una casa construida con ventanas abiertas a la solidaridad social y la espiritualidad, puertas dispuestas al perdón y la reconciliación, y un techo de paz que cobije la unión de un pueblo pujante hacía el cambio.
“Esa transparencia es la que tiene que verse hoy más en la lucha contra la corrupción y también de la recuperación de la honestidad, pero esa recuperación hará posible la unidad de todos los quindianos, sentir que somos hermanos y no enemigos. Sin importar el credo y la raza, podemos acertar todos y generar caminos de diálogo para construir un Quindío diferente”, indicó monseñor.
Durante la eucaristía, los quindianos recordaron a los más de mil ciudadanos fallecidos el día de la tragedia y agradecieron a todo un país que se solidarizó con el dolor de una región y las personas que hicieron posible que el Eje Cafetero recuperara su infraestructura, dinámica de desarrollo y sentido social.