En el histórico momento, exintegrantes de grupos al margen de la ley se abrazaron con quienes sufrieron el conflicto, en un verdadero acto de perdón.
El Quindío es ejemplo para el país en la reconciliación y construcción de una paz duradera y estable. Con el Acuerdo de Voluntades para la reconciliación que firmaron excombatientes de los grupos armados al margen de la ley y las víctimas del conflicto armado del país, el departamento entregó un mensaje de perdón, para que todos puedan sanar sus heridas y juntos se reconstruya el tejido social.
El histórico momento fue acompañado por el Alto Comisionado para la Paz, Rodrigo Rivera Salazar, quien invitó a todos los colombianos, especialmente a quienes no vivieron la guerra, a perdonar, abrir sus corazones y a trabajar por la paz. "El mejor acuerdo no era el ideal pero que no se podía realizar, sino el que fue posible, el que logró recoger la firma del exjefe de las Farc", expresó el Alto Comisionado frente a las infinitas críticas que los colombianos han hecho al Acuerdo de Paz.
El promotor de la paz en Colombia destacó las acciones del gobernador del Quindío, Padre Carlos Eduardo Osorio Buriticá, por promover la sana convivencia, el buen trato entre ciudadanos, la palabra amable, la tolerancia y reconstrucción del tejido social, y expresó su orgullo por esta tierra cafetera: "Quién mejor que un sacerdote y gobernador para entender el significado del perdón y promover este bello acuerdo".
Pastor Alape Lascarro, representante del Consejo Nacional de Reincorporación de los exintegrantes de las Farc, opinó que este acuerdo, que también firmó, tiene como objetivo construir la paz desde los territorios. "Se busca que el ciudadano común y corriente, que ha vivido la dureza del conflicto, pueda asumir el compromiso de mirar como ciudadano a los demás, y hacer las exigencias al Estado para garantizar la paz".
Por su parte María Alejandra Berrío, jefe de la Oficina de Derechos Humanos de la Gobernación, explicó que el proyecto de reconciliación del Quindío comprende tres fases, la primera fue el acercamiento entre víctimas y excombatientes que finalizó con la firma del Acuerdo de Voluntades, la segunda que ya inició busca la recuperación emocional para promover el perdón y sanar las heridas, y la tercera será la reconstrucción del tejido social y la vinculación de empresas para que esta población pueda avanzar en la ejecución de sus proyectos productivos.