En el sobrio acto de condecoración por los 51 años de vida administrativa del departamento, el Padre Carlos Eduardo Osorio Buriticá, gobernador del Quindío, exaltó la labor de varias personas que vienen trabajando por la región. “En estos 51 años estamos celebrando, hemos condecorado, no por condecorar a unas personas, sino por mostrarle al pueblo que sí existe esperanza, que aunque hay oscuros nubarrones en la historia, también hay personas, movimientos, grupos, artes, ciencia y entidades que van sobresaliendo”, expresó el mandatario seccional.
En el acto fueron condecorados con la Orden del Quindío, en el grado de Gran Caballero: Jorge Arango Mejía, Hugo Palacio Mejía, César Hoyos Salazar y Alberto Montoya Fayad. Con la Orden al Mérito empresarial: Juan Carlos Uribe López, del grupo Empresarial Don Pollo, y Alberto Londoño Alzate. Con la Orden al Mérito Emprendedor: Amanda Alzate Murillo, del supermercado Laureles.
Así mismo, con la Máxima Docencia: Flor de María González Valdés, maestra de Salento. Al Mérito Deportivo: Gustavo Moreno Jaramillo. Al Mérito Cívico: Gladys Amanda Ramírez Ríos de la Fundación Covida y Julio Velasco Morales. Al Mérito Periodístico: Jorge Eliécer Orozco Dávila y Miguel Ángel Rojas Arias. Al Mérito Artístico, modalidad pintura: Henry Villada y Abiézer Agudelo. Y con la Orden del Quindío, en grado de gran dama: la psiquiatra Ana María Cano Rentería.
En su discurso, el mandatario seccional dijo a los condecorados: “No me movió ningún interés, ni de amistad, ni político, para condecorarlos. Pensamos en personas de la sociedad común, del común de los ciudadanos, que han hecho de lo que hacen una religión. Ustedes tienen las banderas hoy, tienen una misión. Felicitaciones por su condecoración, se vienen retos muy fuertes para la Nación. El Quindío tiene nuevo próceres hoy. ¿Podremos enfrentar la oscuridad? ¿Estamos preparados? El reto es grande, pero yo les juro que tenemos con qué”.
Gladys Amanda Ramírez Ríos, fundadora de Covida, destacó el mensaje del mandatario departamental y expresó su agradecimiento por esta exaltación a su labor: “Doy gracias a Dios, primero que todo, porque lo que él dijo es muy cierto, nosotros tomamos una misión de vida. En mi caso, esta misión inicia cuando nace mi hijo. Hace 30 años estamos acá en el departamento, dedicados a las personas con discapacidad y sus familias. Es un servicio que uno escoge y no espera nunca un reconocimiento, para mí fue una gran sorpresa”.