330 huertas están sembradas en todo el departamento.
Luego de su exitosa implementación y de completar los dos primeros ciclos, el proyecto de huertas orgánicas que hace parte del Programa de Seguridad Alimentaria y Nutrición del gobierno departamental, iniciará en los próximos días la tercera fase, en la que se realizarán nuevas siembras de verduras y hortalizas que hacen parte de la canasta básica familiar.
Actualmente se han sembrado 330 huertas en los 12 municipios del Quindío, en la primera fase se establecieron 220 huertas en convenio con centros educativos y juntas de acción comunal, y en la segunda las familias de las zonas rurales adoptaron el modelo tecnológico, no solo por los beneficios alimenticios que provee, también por sus sencilla metodología: aprender haciendo.
“La experiencia que yo he tenido con esto es magnífica, maravillosa, porque anteriormente sembraba y no me producía nada, ya que lo hacía con químicos y los cultivos se me quemaban. Ahora, con esta metodología y con la asesoría de la Gobernación, estamos muy contentos porque estas huertas son fabulosas, yo no tenía conocimiento de esto y me enseñaron, mejorando mucho el proceso de la huerta, que produce alimentos para mi familia y para las familias de mis hermanos y mis cuñados, y consumimos productos limpios de toda clase de químicos, al punto que estoy ampliando la huerta”, afirmó Lionso Morales Chivatá, agricultor de la vereda Los Tanques de Filandia.
Según el coordinador departamental del programa de seguridad alimentaria, Carlos Bolívar Bolívar, este proyecto es muy innovador porque se está implementando la tecnología en agricultura orgánica validada por Corpoica, que consiste en el manejo de microorganismos del suelo, la recuperación de la microbiología del suelo y la utilización de agentes de control biológico para el control de plagas y enfermedades. “Esto nos garantiza productos inocuos para el consumo local, municipal, regional, nacional e internacional, en la medida en que nuestros beneficiarios estén comprometidos y hagan el manejo adecuado del modelo, la seguridad alimentaria del departamento estará garantizada”.
Por otro lado, la segunda fase de las huertas tiene resultados que benefician principalmente a los niños y niñas de las zonas rurales del departamento, pues en este ciclo se cosecharon alimentos que garantizan mejores niveles de nutrición en los almuerzos escolares.
“En la escuela Guatemala implementamos las huertas orgánicas desde finales del año pasado, iniciamos con seis eras de seis metros cada una, de la que ya sacamos la primera cosecha de zanahorias, acelgas, espinaca y cebolla, y en la segunda fase ya sembramos lechugas y algo de fríjol. Ha sido muy positivo porque los padres de familia vienen a colaborar, los niños han llevado algunos productos para su casa y en el restaurante escolar se les han dado las verduras.
Además que se le apunte a complementar la nutrición de los niños es importante, por estos resultados estamos pensando en ampliar la huerta y lo haremos con el apoyo de la Gobernación”, expresó Daniel García Arbeláez, docente de la sede Guatemala de la institución educativa Marco Fidel Suárez de la vereda Guatemala de Montenegro.