Los niños y niñas que estudian en las instituciones educativas de Montenegro conocieron el pasado sábado el valor de la solidaridad, gracias a los convites liderados por el gobernador del Quindío, Padre Carlos Eduardo Osorio Buriticá, y de los que participaron todos los funcionarios de su administración para renovar las escuelas rurales y urbanas, centros de salud, el parque y otros sitios de esta localidad.
Durante la semana pasada el gobernador recorrió las veredas de Montenegro, y los niños, profesores y padres de familia pidieron mantenimiento para estos planteles, arreglo de juegos infantiles, pintura y demás intervenciones que en por lo menos los últimos 12 años no habían recibido.
El mandatario departamental invitó a toda la comunidad a acompañar los convites que el gobierno seccional realizaría el pasado sábado y así fue, los mismos niños colaboraron pintando sus columpios, puentes colgantes, llantas y otros juegos infantiles, mientras los funcionarios de la gobernación, acompañados de profesores y padres de familia, pintaron las paredes y las canchas, arreglaron las baterías sanitarias, podaron el pasto y renovaron todo el entorno.
Otras personas de la comunidad y del gobierno se dedicaron a preparar en estas sedes educativas sancochos, ajiacos, fríjoles, arroz mixto, entre otros alimentos para almorzar en los restaurantes escolares, canchas y en cuanto lugar hubo en las escuelas.
En algunos planteles se renovaron los murales, mientras que en otros apenas se pintaron, todo para hacer que los niños y niñas de Montenegro estudien en las mejores condiciones y así, con todo bonito, sientan más ganas de ir a estudiar.
Pero además de mejorarles las condiciones para que cuando llueva no tengan goteras, se puedan divertir en los descansos y usen sin ningún problema los baños, con estos convites los niños recordarán por siempre que decenas de personas desconocidas fueron hasta sus veredas para hacerles realidad sus sueños, tener unas escuelas hermosas.
También los adultos y los adultos mayores recordaron esa experiencia que cuando fueron niños era una costumbre: las mingas, con las que los fines de semana y gracias al trabajo de toda la comunidad unida, se hicieron en todos los pueblos del Quindío y en casi todos de Colombia los andenes, parques infantiles, casetas comunales y hasta iglesias, todo por el beneficio de ellos mismos.
El objetivo del gobernador del Quindío, quien invita a los funcionarios del gobierno departamental para que voluntariamente dediquen un día de su descanso, es revivir el trabajo comunitario que tanto bien le ha hecho al departamento y promover el amor y el cuidado por lo propio, para que las obras que haga el Estado, en este caso la administración que lidera, perduren por siempre.