En la inauguración de Bosques de Paz, un programa del gobierno nacional que busca sembrar paz donde antes hubo dolor, el gobernador del Quindío, Padre Carlos Eduardo Osorio Buriticá, invitó a la comunidad a respetar la diversidad de los seres humanos para acabar verdaderamente con el conflicto.
El acto se realizó en el bosque Barbas Bremen, jurisdicción de Filandia, donde el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo, presidió la siembra de palmas en los mil metros lineales con los que cuenta el inaugurado escenario para la prosperidad en el Quindío, donde el pasado sábado se sembraron palmas y cada planta en la zona contará con una placa con el nombre de una de las víctimas, para que la historia no se repita, se promueva la reconciliación y se recuerde a especialmente a quienes perdieron la vida.
El mandatario de los quindianos agradeció al gobierno de Juan Manuel Santos por la destinación de regalías para este departamento, por lo que desde 2016 se ejecutan proyectos de paz que benefician a la comunidad, al tiempo que destacó el esfuerzo regional que se hace entre el Eje Cafetero y Tolima para la protección de los páramos, todo para proteger los nacimientos de agua.
"Queremos hacer un homenaje a las víctimas, dejar que en los árboles se funda el dolor de las familias que han perdido a sus seres queridos, permitir que en los bosques se diluya la sangre y se convierta en clorofila para las plantas, ese es nuestro esfuerzo y empeño", expresó el gobernador.
El ministro Murillo indicó que el Bosque de Paz del Quindío es un monumento vivo a la memoria de las víctimas, y que tiene objetivos sociales, como generar empleo a las víctimas; ambientales y de conservación, que permitan hacer actividades ecoturísticas, unidades investigativas y venta de servicios ambientales. Asimismo, indicó que ya hay 10 Bosques de Paz en Colombia, que este año se espera contar con 50 y a finales del gobierno de Santos llegar a 150, con unas 300 mil reforestadas.
El Bosque de Paz del Quindío contó con una inversión de $3.000 millones y beneficiará a 600 mil habitantes, además prestará un servicio ambiental, ayudará a proteger la biodiversidad y tiene impacto sobre el manejo de la cuenca del río Quindío y la quebrada Buenavista.
Según el ministro, en el departamento se deforestaron 108 mil hectáreas, pero se han recuperado 300 mil hectáreas con la siembra de unos 47 mil árboles, lo que pondría al Quindío como ejemplo y un modelo piloto para establecer en Colombia una política nacional de gobernanza del agua.
De igual manera, el líder de la cartera nacional de Ambiente afirmó que se está buscando la manera de hacer un santuario que proteja la fauna y la flora del ecosistema asociado con la Palma de Cera, y que en el Valle de Cocora se planea hacer un corredor de 2 mil 500 hectáreas, pero con un manejo multipropósito, es decir que cuente con áreas de conservación y de producción, por ejemplo, de aguacate.