En los últimos 25 años, el Quindío ha perdido alrededor de 45.000 hectáreas sembradas de café que han cambiado su vocación productiva; una tendencia que cambió con la llegada del gobierno ‘Tú y Yo’, y que, con asistencia técnica y capacitaciones, logró frenar drásticamente la reducción de cultivos. Gracias a las acciones llevadas a cabo de la mano con el Comité Departamental de Cafeteros del Quindío y la Cooperativa de Caficultores, la pérdida de área cafetera, que anteriormente se daba a un ritmo de 1.500 hectáreas por año, ha pasado a entre 100 y 200 anuales.
Una de las claves para subsanar esta situación ha sido la implementación de alternativas innovadoras, explicó Luis Alberto Gómez Rojas, director administrativo de Desarrollo Agropecuario de la secretaría de Agricultura. “Hemos trabajando en mejorar los procesos de diferenciación, orientándonos a procesos de cualificación por especialidad, que se empiece a generar valor diferencial en el precio”, lo que ayuda a que la caficultura como actividad económica recupere su atractivo frente a otros renglones de la agricultura.
Pero no solo se ha frenado la pérdida paulatina del área sembrada, sino que se renuevan anualmente aproximadamente 4.000 hectáreas en todo el territorio, lo que daría señales de una paulatina recuperación, fundamental para proteger los ingresos de las 5.000 familias caficultoras del departamento, la conservación de la declaratoria como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad asignado al Paisaje Cultural Cafetero, y la estabilidad de la institucionalidad gremial representada por unos Comités de Cafeteros que podrían desaparecer de reducir el área de manera drástica.