Luego de haber realizado las pruebas pertinentes, el pasado 16 de diciembre las estampillas entraron en una progresiva migración del papel a lo digital, con la desmaterialización de las mismas; un proyecto que busca facilitar los trámites, reducir los tiempos y aportar a una política de cero papel en la entidad.
Sierra Neira explicó que, con esta nueva metodología “las personas jurídicas obligadas a hacer la retención, pueden ingresar a una plataforma que, una vez recibe el pago por PSE, expide un código de seguridad, el cual se entrega por el contribuyente a la entidad que corresponda, para que esta haga una verificación en el mismo sistema. Con esto se acaban las filas para comprar el papelito, o el traumático proceso que se vivía cuando se dañaba la máquina que lo imprimía”. El sistema ya está vigente y hoy en día conviven ambas presentaciones, pero se espera que, entre enero y febrero del año entrante, las estampillas físicas desaparezcan.