Un diagnóstico que va más allá de los componentes específicos de la producción y que alcanza las prácticas culturales de los campesinos en el Quindío, arrojó el programa de Extensión Agropecuaria ejecutado desde el año anterior con 1.693 productores de las cadenas de plátano, hortalizas, porcicultura y ganadería bovina. Los datos, que fueron recopilados a través del contacto que los extensionistas hicieron con los campesinos, servirán de insumo para la actualización del Plan Departamental de Extensión Agropecuaria, que deberá pasar por Asamblea a mediados de este año.
El director de Desarrollo Agropecuario, Santiago Mesa Peña, explicó detalles del programa, que clausuró con esta presentación: “Es una iniciativa que parte de la convocatoria publicada por la Agencia de Desarrollo Rural – ADR, para la prestación de este servicio, y que buscaba entidades nacionales para esto, quedando elegida la Universidad Tecnológica de Pereira. Esta caracterizó a cada uno de los productores con datos como su georreferenciación, la composición de las familias, el nivel de escolaridad o el acceso a TIC, y las registró en la plataforma ‘El Campo Innova’, incluyendo los usuarios de la extensión agropecuaria digital”.
Como coordinador departamental de la Epsea UTP, Manuel Andrés García Duque definió algunos patrones de comportamiento generalizados en la población impactada, “como el hecho de que al quindiano no le gusta pertenecer a las asociaciones, con un 89% de los entrevistados que no pertenecían a ninguna; o la apatía de participar en la construcción de políticas públicas. Posturas que cambiaron después de haber trabajado con ellos. En el componente productivo, se detectó, por ejemplo, que a pesar del acompañamiento de la institucionalidad, son muchos los platanicultores que trabajan por fuera de las pautas actuales de producción, con muchas falencias técnicas y sin adaptaciones ante el Cambio Climático. Hay una resistencia al cambio, en una población en la que un 54% son adultos mayores, un 34% adultos y apenas un 4% jóvenes”.